Este libro nace de la experiencia de Michele Novotni, quien creció observando el enojo con Dios por parte de su abuela, Helen Jamgochian, una sobreviviente del genocidio armenio de 1915 - 1921 en el que murió más de un millón y medio de armenios. Helen vio morir a la mayor parte de su familia por negarse a renunciar a Dios, y ella misma sufrió terriblemente. Luchó con lo que ella entendía eran las únicas dos explicaciones para este sufrimiento: o bien Dios no existía, o a Dios no le preocupaba su vida. Le llevó ochenta años a la abuela de Michele renunciar a su enojo con Dios. En una de sus últimas conversaciones dijo a Michele: “Lamento no haber hecho las paces con Dios antes. Lo único que puedo hacer ahora es permitirte contar mi historia a otros para que quizá ellos no esperen tanto tiempo. En algún momento de nuestra vida todos experimentamos enojo, tristeza, frustración, decepción, temor o depresión. Sabemos que para solucionarlo debemos llegar a la raíz del problema. Pero, ¿Qué hacemos cuando estamos enojados con Dios? Si, tenemos exteriorizar este enojo.Se nos dice que la gente “buena” las “personas de fe”, aceptan lo que suceda sin hacer preguntas. Los pensamientos que no se expresan y se reprimen nos dejan con el sentimiento de que estamos desconectados de Dios y enojados con él; e incapacitados para hacer algo al respecto.Es tiempo de romper el silencio. Este libro no tiene el propósito de convencernos para deponer nuestro enojo con Dios. Más bien, nos ayuda a resolver ese enojo y nos presenta la imagen de un Dios compasivo que sigue amándonos.