La Palabra de Dios menciona más de mil ocasiones el término corazón; de hecho, cuando le oramos a nuestro Padre, expresamos que lo amamos de corazón. Esta palabra “corazón” no se refiere al órgano físico de nuestro cuerpo. Cuando la Biblia se refiere a corazón es para expresar algo interno del alma. En otras palabras, el corazón es el eje de toda nuestra vida. Es decir, el centro de nuestros pensamientos, sentimientos y actuar. J.I.Packer manifiesta que: “El corazón humano es la fuente controladora de todo lo que hacemos en nuestra expresión de lo que somos”
Pues de adentro, del corazón de la persona, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato, el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia, el orgullo y la necedad. Todas esas vilezas provienen de adentro; esas son las que los contaminan».
2. ¿Razones para guardar el corazón?
- La primer razón para guardar nuestro corazón es la implicación de la gloria de Dios, la maldad de nuestro corazón molesta en gran manera al Señor, esto le causa tanto disgusto que Él rechaza las obras de algunos hombres, como es el caso de Caín. (Génesis 4:5)
- Del mismo modo, al guardar nuestro corazón lograremos tener un arrepentimiento genuino, por lo tanto una profesión de fe sincera. Flavel afirma: “aquel hombre que se descuida del estado de su corazón no es sino un hipócrita en cuanto a su profesión de fe”. (p.32)
- Si guardamos el corazón, la forma de pensar, actuar y hablar es diferente. La Biblia menciona: "Porque de la abundancia del corazón habla la boca". (Mateo 12:34) “No es tan difícil discernir la condición del corazón de un creyente al ver su vida y los temas de sus conversaciones”. (p.37)
3. ¿Cuándo debemos guardar el corazón?
En la vida cristiana enfrentamos diferentes etapas. Y las Escrituras nos recuerdan que no importa el tiempo que estemos atravesando, lo más importante en la vida de un creyente es tener el corazón humillado hacia Dios. John enuncia doce tiempos en los que debemos vigilar el corazón, por ejemplo: cuando la prosperidad nos sonríe, debido a que el corazón estará muy inclinado a creer en sí mismo. (Mateo 19:24) En tiempo de adversidad, para que nuestro corazón no se resienta contra Dios (Romanos 8:28) El tiempo en que recibimos afrentas y abusos de los hombres, el corazón por naturaleza busca una venganza, por ese motivo debemos inclinarnos hacia el Evangelio y recordar lo que el Señor ha hecho por nosotros, gracia y misericordia.
Por último, es necesario recordar que estudiar, observar y guardar nuestros propios corazones ayudará a entender la profundidad de los misterios de la fe. De la misma manera, nos guardará contra los peligrosos errores del mundo en el que vivimos, de modo que encontraremos consuelo y provecho en Dios. Imploremos al Padre que observe nuestros corazones y cauterice todo lo malo que hay en ellos. ¡Guarda tu corazón y vive para Dios!
¡Despierta en este instante! Pon el mundo bajo tus pies; no anheles aquellas cosas que las personas obtienen pero que no aseguran el destino eterno de sus almas.
(p.180)
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón, pruébame y conoce
los pensamientos que me inquietan.
Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame
por el camino de la vida eterna.
Salmos 139:23-24
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