La lámpara inextinguible del pacto es una exposición hermosa y vehemente de la soberanía de Dios al descorrer el velo de la revelación de la redención en las Escrituras. En este sentido, el autor presenta de manera persuasiva a ese Dios soberano en su obra de redención en una forma en que la teología abstracta no lo podría lograr. Esto se ve en las decisiones soberanas de Dios al elegir a hombres y mujeres que eran “prácticamente imperfectos” en todo sentido, judíos y gentiles por igual, como instrumentos y participantes del evangelio de las promesas y ascendientes de la “Simiente de la mujer”, Cristo. Es decir, el evangelio de redención ha llegado desde el Edén a toda la gente de la tierra, sin discriminación, ya que Dios extiende su misericordia a los indignos.
Aún más importante, La lámpara inextinguible testifica de Jesucristo; proclama que Cristo es el más alto y preeminente de la historia de la creación y la redención. La inextinguible lámpara exalta a Cristo como el único que puede levantar a hombres y mujeres del pozo del orgullo y del desánimo, de la maldición de la muerte y la destrucción, ya que toda admisión de la fragilidad y fracasos humanos se dan para magnificar al Señor Jesús y para alabarlo a Él y a su gracia gloriosa.