Una guía práctica para reconocer cuando la tentación viene hacia nosotros, y para saber cómo resistir su poder y sus propósitos. La superficialidad y carnalidad de la iglesia hoy en día es debida a la visión superficial hacia el pecado. Los puritanos vieron a Dios en toda Su santidad, majestad, autoridad, soberanía y poder, y así se dieron cuenta de la vileza, engaño y culpabilidad del corazón humano. Pero el vivir santo no es una reliquia de los días de los puritanos, sino es algo esencial para todos los cristianos verdaderos de cada siglo.