Todos de una u otra manera nos hemos visto envueltos en situaciones de pérdida. ¿Quién no ha sufrido la muerte de un ser querido, un amigo y una relación? ¿Cómo ha sido nuestro comportamiento y reacción en el momento de recibir y manejar tales noticias? ¿Será posible escapar de dichas temporadas y momentos? ¿Es posible juzgar y predecir tal o cual comportamiento ante una situación como esa? ¿Cómo podría afectar al ser interior tal pérdida? De hecho, ya con solo oír y leer la palabra MUERTE se produce en muchas personas una sensación de ausencia, miedo, terror y hasta negación porque ni siquiera queremos mencionar esa palabra.